Muerte en la Olla
ID
bbre033
Idioma
ES
Duración
00:39:10
Cantidad
1
Pasajes de la biblia
2 Reyes 4:38-41
Descripción
2 Reyes 4 - un capítulo con 4 historias muy conocidas. Nuestra posición y la práctica en tiempos de ruina. Cristo lo soluciona todo. Mensajes para nuestra época.
Transcripción automática:
…
Hermanos y hermanas, muy buenas tardes, en el nombre del Señor.
Vamos a continuar con la lectura de la Palabra, en el mismo Libro de Segunda de Reyes, capítulo 4, versículo 38 al 44.
Eliseo volvió a Gilgal cuando había una gran hambre en la tierra, y los hijos de los profetas estaban con él.
Por lo que dijo a su criado, pon una olla grande y haz potaje para los hijos de los profetas.
Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una como parra montés, y de ella llenó su falda de calabazas silvestres,
y volvió y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era.
Después sirvió para que comieran los hombres, pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado,
gritaron diciendo, ¡Varón de Dios! ¡Hay muerte en esa olla! Y no la pudieron comer.
Él entonces dijo, ¡Traed harina! Y la esparció en la olla, y dijo, ¡Da de comer a la gente!
Y no hubo más mal en la olla.
Vino entonces un hombre de Baal Salisa, el cual trajo al Varón de Dios panes de primicias,
veinte panes de cebada y trigo nuevo en su espiga, y él dijo, ¡Da a la gente para que coman!
Y respondió su sirviente, ¿Cómo podré esto delante de cien hombres?
Pero él volvió a decir, ¡Da a la gente para que coman!
Porque así ha dicho Jehová, comerán y sobrará.
Entonces lo puso delante de ellos, y comieron, y le sobró conforme a la palabra de Dios.
Muy buenas tardes a todos los hermanos y hermanas que han venido,
y otra vez es un placer que podemos estar juntos acá para estudiar la palabra de Dios.
Ya aprendemos muchas cosas en este día, aprendemos juntos,
no solamente ustedes, pero uno cuando habla también aprende alguna cosa.
Y muchas veces, justamente en este momento, descubrimos algún punto que no hemos visto antes.
Así el Señor da a todos los que están, a los que hablan y a los que escuchan.
En este capítulo cuatro, es el segundo libro de Reyes,
hemos tenido ya dos historias, y vimos que las historias del Antiguo Testamento,
así como el Nuevo, son hechos reales, y pasaron exactamente así en aquel momento, en el pasado.
Pero que Dios escogió de la vida de algunas personas, como acá de la vida de Eliseo,
para enseñar alguna cosa a nosotros.
Hemos visto también que la figura de la mujer, por lo general,
representa la posición que nosotros tenemos delante de ellos.
O, en este caso, también la posición que Israel, el pueblo terrenal de ellos, tenía delante de él.
Y el hombre nos muestra más la fuerza con la cual esta posición se realiza en la práctica, en el caminar del cotidiano.
Hemos visto que Eliseo es una figura, un modelo del Señor Jesús.
Muchas veces en él, en Eliseo, podemos ver acciones y actitudes del Señor Jesucristo,
y como él está siempre ocupado para con los suyos, para bendecir,
y también quiere recibir la alabanza, la adoración.
En los primeros siete versículos, hemos visto a esa mujer, de los hijos de los profetas,
que tenía un problema, estaba en una situación material muy delicada,
estaba con deudas grandes y no podía pagar,
y los dos hijos de esta mujer estaban listos para ser clavos de su acreedor,
que había hecho un préstamo a ellos, o dado comida, o sea lo que fuera.
Pero tenía una cosa en casa, y se dirigió al profeta Eliseo,
en figura para nosotros, cuando tenemos un problema, principalmente un problema espiritual,
la única solución es la persona del Señor Jesús.
Eliseo, cuyo nombre significa mi Dios es salvación,
apunta para ese salvador real que es Cristo,
y es a él que necesitamos ir con nuestros problemas,
a presentarle ante él, abriéndonos nuestros corazones,
reconociendo nuestra situación en la cual estamos,
y entonces confesar eso al Señor, y él tiene la solución.
Él hizo la pregunta a esta mujer,
declarame que tienes en casa,
tenía nada en casa, pero sí alguna cosa, una vasija con aceite,
el aceite es una figura del Espíritu Santo,
que opera en nosotros para el Lord, el Señor Jesús,
quiere conducirnos en toda la verdad,
y él también es el ayudador divino que tenemos nosotros, habitando en nosotros,
cada uno de los creyentes es un templo del Espíritu Santo,
tiene esta persona divina en sí, habitando en su corazón,
y este Espíritu Santo quiere obrar en nuestras vidas,
pero a veces no lo puede a culpa nuestra,
no es nunca culpa de ellos cuando tenemos un problema espiritual,
es porque nosotros estamos actuando según nuestra carne quizás,
y no según el Espíritu.
En el lugar de esta mujer había entonces las vasijas de las vecinas,
y llenó todo, ella podía vender el aceite,
y ahí no sobraba para su vida,
problema solucionado con la ayuda del deseo,
nuestros problemas también espirituales,
pueden ser solucionados con la ayuda del Señor Jesucristo,
y eso nos lleva a conocerle mejor,
porque esta mujer después del milagro,
reconoció que era un varón de ellos,
y también esto nos lleva a la alabanza y a la adoración,
en la segunda historia del versículo 8 hasta el 37,
tenemos otra mujer, la mujer de Sunim,
Sunim este nombre que significa un descanso, un doble descanso,
y esta mujer todavía tenía a su marido, pero ya era viejo,
por lo tanto la fuerza estaba disminuyendo,
y no había más la fuerza de un joven,
y ella tenía un corazón para el hombre de ellos,
por las veces que el deseo pasó en su casa para comer,
ella reconoció que este es un santo hombre de ellos,
y así también nosotros podemos conocer al Señor Jesús,
cuando Él pasa en nuestras casas espiritualmente hablando,
y tenía un buen deseo en su corazón,
de hacer un cuarto de descanso para el profeta,
pequeño aposento, con algunas cosas sencillas,
como la cama, la mesa, la silla y el candelero,
y el deseo aceptó eso, y tomó su lugar ahí,
y el Señor Jesús también acepta las cosas que ofrecemos a Él,
que vienen de nuestros corazones, por amor a Él,
y tenía un deseo oculto en el corazón de esta mujer,
pero no la expresa ella este deseo,
cuando el profeta le pregunta, ¿qué puedo hacer por ti?,
y ella le respondió, y esto nos impresionó,
en el versículo 13, yo habito en medio de mi pueblo,
el pueblo de Dios tenía también un gran lugar,
un gran espacio en su corazón,
si nosotros amamos al Señor Jesús,
amamos también a los que son hijos de Dios,
el apóstol Juan en su primera epístola,
cree en nosotros, y cuando amamos a Dios,
esto se prueba en la práctica amando a los hermanos,
y así era con esta mujer,
valoramos mucho el lugar en medio del pueblo de Dios,
y nosotros valoramos también el lugar en medio del pueblo de Dios,
ahí donde el Señor Jesús mismo está en medio de los suyos,
pero no tenía hijo, la descendencia no estaba,
y era una cosa importante para una mujer en Israel,
tener un hijo o una hija,
y cómo es la situación entre nosotros,
nos preguntamos también en esta mañana,
están los jóvenes en nuestro medio,
hay descendencia, y pueden llevar la obra adelante,
si el Señor no viene pronto,
y el Señor le prometió un hijo,
y realmente eso se pasó,
el hijo nació, y luego creció,
y es también importante para nosotros el crecimiento espiritual,
por medio de la palabra de Dios,
es el alimento para nosotros,
pero el alimento tiene que ser a su tiempo,
y según la edad espiritual de cada uno,
no podemos dar una carne con huesos a un bebé,
no va a comer, no es capaz,
y así en la vida espiritual también,
no podemos empezar con las cosas más difíciles,
y dar esto a comer a una persona,
que se convirtió quizás ayer,
un joven, un bebé en Cristo,
y llegó el momento que este hijo fue al campo,
acompañando a su padre y los segadores,
y vimos en los segadores una figura de hermanos,
que nos presentan la palabra,
que contan así la palabra,
distribuyendo el alimento a cada uno de nosotros,
así como los segadores cortaban los cereales,
el trigo, la cebada,
o para nosotros una figura de estos,
cortando el arroz de una manera manual,
y en este momento, este hijo sintió dolor de cabeza,
y comparamos eso a un dolor de cabeza espiritual,
en la mañana, quizás causado por llenar la cabeza,
demasiadamente por cosas que aún no son,
según la edad de este creyente,
y eso le lleva en un momento quizás a echar todo fuera,
así como este niño murió después de algunas horas,
pero la madre, esa mujer de Sunim,
en esta situación difícil,
también se dirige a la persona correcta al liceo,
busca a él, y vemos que tenía mucho más entendimiento,
mucho más inteligencia espiritual y discernimiento que el marido,
y decimos que eso también se pasa a veces entre nosotros,
hay hermanas que tienen una capacidad espiritual
para comprender las cosas mucho mejor que nosotros,
pero no es por eso también que ahora van a abrir la boca en las aldeas,
es otra cosa, la capacidad y el entendimiento,
la inteligencia espiritual,
no es el requisito para hablar en las aldeas,
porque ahí hay un orden que Dios dio en su palabra,
y las mujeres en las reuniones no deben hablar,
no deben enseñar,
decir el amén, y muy audible por favor,
porque el hermano que dice una oración,
expresa en aquel momento los sentimientos de todos,
toda la congregación que el amén nos estamos diciendo,
así es, confirmando lo que el hermano decía delante de ellos,
pero bueno, esta mujer fue hasta el hombre de ellos,
hasta el liceo,
y al fin llega el momento que ella cuenta al liceo
lo que se había pasado,
y este profeta había enviado solamente a su criado,
su siervo, que sí, pero no era suficiente,
la mujer decía yo no voy, no me voy,
el versículo 30,
vive tu alma que no te dejaré,
y así fueron hasta la casa de ella,
juntos, indicando a nosotros que también
tenemos que quedarnos con la persona del Señor Jesús,
en su presencia, en su compañía,
y él soluciona también este problema,
si fue hasta el aposento alto,
donde estaba el niño,
y se identifica, se hace uno con el niño,
se entendió sobre él,
y todas las partes del cuerpo son mencionadas,
como que el liceo está,
se identificando completamente,
con la situación que encuentra ahí,
y eso es necesario también,
para el restablecimiento de un hermano, de una hermana,
es lo que caracteriza un verdadero pastor,
y se identifica, se ocupa,
con los detalles de aquella persona,
y con su problema,
a veces somos muy buenos,
quizás doctores, maestros,
y podemos explicar la verdad,
la doctrina,
pero necesitamos de otros hermanos a nuestro lado,
para ponerlo en práctica como pastores,
como aquel que cuida de las ovejas,
para que haya un restablecimiento verdadero,
así como con este niño,
que resucitó,
y fue entrega a su mamá otra vez,
pero cuando el liceo decía,
en el versículo 36 al final,
toma tu hijo,
ella no toma el hijo,
pero si no,
se echó a sus pies,
y se inclinó a tierra,
y después,
tomó a su hijo y salió,
el orden correcto también de las cosas,
primero el agradecimiento al señor,
la alabanza,
el honor,
la gratitud,
la adoración al señor,
y ahí podemos recibir también la bendición,
que él ha preparado para nosotros,
y es así también en la vida de los creyentes,
debería ser así,
y cuando recibimos algo del señor,
cuando recibimos su bendición,
y también estamos con un sentimiento de gratitud,
para con él,
para primero agradecerle,
y después recibir,
y ahora nos encontramos en una otra situación,
en este capítulo 4,
en los versículos 38 hasta el 41,
tenemos ya una historia más en este capítulo,
también algo que así como está escrito,
se pasó en aquella época,
pero también otra vez,
con un sentido espiritual para nosotros,
hay enseñanza también para nosotros en esto,
el profeta del liceo,
volvió a Kilgall,
Kilgall era un lugar con una cierta importancia,
en medio del pueblo de Israel,
ya cuando el pueblo salió del Egipto,
y al final de los 40 años en el desierto,
llega a la tierra de Canaán,
antes que comienzan las batallas en la tierra,
el pueblo está en un lugar llamado Kilgall,
y eso tenemos en el libro de Josué,
capítulo 5,
y en este capítulo 5 de Josué,
encontramos al pueblo en este lugar en Kilgall,
y no voy a leer el capítulo obviamente,
pero en este lugar,
el pueblo no había sido circuncidado,
durante su caminar en el desierto,
y así leemos en el versículo 7,
a los hijos de ellos que él había hecho suceder en su lugar,
Josué los circuncidó,
pues eran incircuncisos,
porque no habían sido circuncidados por el camino,
y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente,
se quedaron en el mismo lugar,
en el campamento,
hasta que sanaron,
y Jehová dijo a Josué,
voy a quitar a vosotros el ocródeo de Egipto,
por lo cual el nombre de aquel lugar,
fue llamado Kilgall,
y significa un lugar de rodeamiento,
bueno, Kilgall es caracterizado entonces,
por la circuncisión,
la circuncisión era un hecho en la carne de los hombres,
donde se quitaba un pedacito de piel,
como una mini cirugía,
pero esto era una señal para el pueblo de Israel,
que era un pueblo entonces exclusivo de Jehová,
mostraba que era un pueblo separado para él,
y para nosotros la circuncisión,
no es más un hecho físico,
sino ahora tiene un significado espiritual,
de quitar la carne de nosotros,
y eso es una lucha constante,
no es algo que hacemos una sola vez,
y está hecho,
es necesario constantemente en nuestras vidas,
que quitamos la carne,
pero también es necesario en cada generación,
y así había muchos,
que nacieron en el desierto,
y no estaban circuncidados,
por lo tanto es necesario,
de tiempo en tiempo,
volver a Kilgall,
y así Israel volvió a este lugar,
y tenía este significado espiritual,
de quitar la carne,
y justamente en este lugar,
se pasa algo,
donde la carne está ahogada,
a veces cuando tenemos problemas espirituales,
los detectamos,
sabemos que existen,
y es natural,
que queremos solucionar estos problemas,
pero tenemos que hacerlo de una manera espiritual,
y no con nuestros medios carnales,
y eso que se pasa en esa historia,
cuando uno de los siervos,
simplemente va a coger,
algún fruto para la comida,
pero primero vemos a Eliseo,
y repetimos que su nombre,
significa Dios es mi salvador,
o mi salvador es Dios,
no importa cuál orden las cosas,
la figura entonces del salvador,
del señor Jesús,
y él volvió a Kilgall,
cuando había una gran hambre en la tierra,
y cosa no,
en el pueblo de Israel,
en la tierra de Israel,
gran hambre,
porque había hambre entre ellos,
en el libro de Deuteronomio,
capítulo 28,
podemos leer los versículos 15 a seguir,
pero acontecerá,
si no oyeras la voz de Jehová tu Dios,
para procurar cumplir todos sus mandamientos,
y sus estatutos que yo te intimo hoy,
que vendrán sobre ti,
todas estas maldiciones,
y te alcanzarán,
maldito serás tú en la ciudad,
y maldito en el campo,
maldita tu canasta,
y tu artesa de amasar,
maldito el fruto de tu vientre,
tenemos ya en el versículo 17,
maldita tu canasta,
y tu artesa de amasar,
una indicación que no habría comida,
pero maldito el fruto de tu vientre,
el fruto de tu tierra,
la cría de tus vacas,
los rebaños de tus ovejas,
otras cosas que vemos también en el capítulo 4,
maldito el fruto de tu vientre,
no había descendencia en el capítulo 4 de Dios rey,
era una consecuencia,
de la desobediencia a la ley de Dios,
también en el versículo 22,
Jehová te herirá de ti,
si es de fiebre,
de inflamación,
y de dolor,
con sequía,
con calamidad repentina,
y con anulio,
y te perseguirán hasta que perezcas,
y los cielos que están sobre tu cabeza,
serán de bronce,
y la tierra que está debajo de ti,
el hierro,
dará Jehová con lluvia a tu tierra,
polvo y ceniza,
y los cielos descenderán sobre ti,
hasta que perezcas,
por lo tanto era una maldición,
anunciado anteriormente ya,
cuando había hambre en la tierra de Israel,
como era el pueblo terrenal de Dios,
había maldiciones,
juicios terrenales para ellos,
la desobediencia a la ley de Dios,
trajo consigo todas estas cosas,
incluso hambre en la tierra,
que era la situación ahí,
entonces si la palabra de Dios,
relata que había una gran hambre en la tierra,
podemos ahora comprender por qué,
vemos cuál era la situación espiritual de este pueblo,
no estaban más importando con las leyes de Dios,
y para nosotros también,
hambre en la tierra,
hambre espiritual existe,
y no existe solamente afuera,
en las denominaciones,
en otros lugares,
donde hay cristianos,
sino muchas veces,
experimentamos hambre espiritual,
también entre nosotros,
nos sentimos que,
aunque tengamos muchas reuniones,
quizás no hay alimento,
no hay algo que sostiene nuestra vida espiritual,
y también hambre espiritual,
es una consecuencia,
de desobediencia a la palabra de Dios,
no a la ley del antiguo testamento,
y la consecuencia,
no es para nosotros,
que no habrá más arroz en el campo,
o maíz,
o cualquier otro fruto que sea,
sino que haya hambre espiritual,
en medio de los hijos de Dios,
y cuando sentimos esto,
cuál es la solución,
necesitamos de Eliseo,
necesitamos de ir a Jirgael,
donde él está,
donde él quiere,
hacer la circuncisión espiritual,
sacar la carne,
incluso el nuevo testamento,
también compara el bautismo,
con la circuncisión,
como un símbolo,
porque el bautismo en el agua,
es agua,
y no limpia el interior,
cuando uno se bautiza,
no es un hecho,
que hace alguna transformación interior,
pero si es un símbolo exterior,
de algo que ya se pasó en la vida del creyente,
creó en el Señor Jesús,
y en este momento de creer,
aceptó la obra de Cristo,
para sí,
como él mismo,
estuviese en el mismo lugar,
muriendo con Cristo,
así morimos todos nosotros,
con Cristo,
y eso profesamos,
por medio de esta señal exterior,
del bautismo,
pero en Marcos capítulo 16,
también dice,
que el bautismo salva,
de qué manera,
el bautismo no salva a nadie,
para la eternidad,
no salva el alma,
no es porque alguien es bautizado,
y se hizo por profesión,
por confesión de boca a un cristiano,
no es por eso,
que tiene la vida eterna,
esa es solamente por la fe,
pero,
cuando ya fuimos bautizados,
es un hecho en la vida de un creyente,
el cual podemos acordar,
mirar para atrás,
en aquel momento,
morí con Cristo,
y resucité con él,
y esto puede guardarnos,
y pecar en la vida,
en el caminar,
esta conciencia,
del significado real,
del bautismo,
y en este sentido,
salva,
nos guarda,
de alguna manera,
ahora si olvidamos todo eso,
no vamos a guardar tampoco,
es necesario,
que quitamos la carne,
en la historia de los Colosenses,
capítulo 3,
en el versículo 3,
tenemos la posición,
porque habéis muerto,
que vuestra vida está,
escondida con Cristo,
en Iaos,
es un hecho,
habéis muerto,
morimos con Cristo,
el viejo hombre,
murió con Cristo,
Colosenses 3, 3,
y luego,
Colosenses 3,
versículo 5,
en la versión de la Reina Valiera 60,
dice,
Haced morir,
pues lo terrenal en vosotros,
me parece,
más comprensible,
la versión que tenemos en portugués,
que dice,
Haced morir los miembros,
que están en la tierra,
el cuerpo,
el hombre viejo,
ya murió,
pero los miembros,
todavía,
están en la tierra,
se moviendo,
queriendo hacer todas las cosas,
del viejo hombre,
y eso es,
hacer morir,
la carne,
estos miembros,
también,
no sé cómo se llama,
en esta región amazónica,
el crocodilo,
la iguana,
los lagartos grandes,
cuando uno mata un lagarto,
y pone para freír,
el animal ya está muerto,
pero,
está se moviendo,
todavía,
los miembros,
no están tan muertos,
como el cuerpo,
es un ejemplo,
de esto que tenemos en Colosenses,
esta iguana está muerta,
pero sus miembros,
todavía están con vida,
a causa de los nervios,
que hay,
y demora un tiempo a más,
necesita de más fuego,
hasta que para también,
y podemos comerla,
muy bien,
hambre en la tierra,
llega,
la necesidad,
de,
hacer la carne,
morir,
los miembros en la tierra,
siempre,
de nuevo,
y entonces,
alimentar,
la vida nueva,
el nuevo hombre,
y es lo que el Señor Jesús,
quiere hacer,
los hijos de los profetas,
estaban con él,
por lo que dijo a su criado,
pon una olla grande,
y haz potaje,
para los hijos de los profetas,
quien está hablando,
es Eliseo,
él quiere que ponen la olla grande,
y que hace un potaje,
para ellos,
la preocupación de Eliseo,
es dar alimento,
a los hijos de los profetas,
y en esto también,
hay una cosa muy positiva,
que todavía había hijos,
de los profetas,
había alguien,
que podría ser alimentado,
y eso también,
es así con nosotros,
si por un lado,
quizás falta la descendencia,
por otro lado,
sabemos que todavía,
hay algunos hijos,
de los profetas,
también hay algunos jóvenes,
entre nosotros,
que quieren estar con Cristo,
y están sentados ahí,
los hijos de los profetas,
están delante de Eliseo,
en su presencia,
los hijos de los profetas,
estaban con él,
estaban en la presencia de él,
y así también,
hace el recordar,
por ejemplo,
María,
que estaba sentada,
a los pies del Señor Jesús,
para escuchar y oír de él,
y en su presencia,
él quiere saciar la hambre,
y así está llamando,
a criar a su siervo,
supongo que sea el mismo,
Jesús,
que vimos anteriormente,
con una olla grande,
y asportaje para los hijos,
de los profetas,
no una olla pequeña,
cuando el Señor Jesús,
da las cosas,
cuando él quiere dar alimento,
siempre,
ya lo vimos también,
hay abundancia de bienes,
nunca,
da poco a nosotros,
necesitamos confiar en él,
y poner la olla grande,
y tenemos toda la olla grande,
acá en este libro,
tenemos que abrirlo,
y buscar el alimento,
y hay hermanos,
y hermanas también,
que en su ambiente,
donde están en su casa,
con los hijos,
pueden dar alimento,
a los hijos,
y hermanos,
con dones,
para dar el alimento,
al pueblo,
a todos,
pero en el versículo 39,
y salió uno al campo,
a recoger hierbas,
y halló una como páramos,
y de ella llenó su falda,
de calabazas silvestres,
y volvió,
y las cortó en la olla de potaje,
pues no sabía lo que era,
ahí tenemos,
una persona,
que está actuando,
y tiene muy buenas intenciones,
porque quiere ayudar,
a dar comida,
a los hijos de los profetas,
las intenciones,
son excelentes,
quiere,
dar comida a los otros,
pero,
yo no veo,
que está preguntando al Liceo,
¿puedo ir?,
él salió,
salió,
por sí mismo,
sin preguntar al Liceo,
y quizás lo hacemos también así,
a veces,
tenemos muy buenas intenciones,
queremos trabajar para el Señor,
y salimos,
pero no preguntamos al Señor,
si él lo quiere en este momento,
para nosotros,
siempre es necesario,
para trabajar,
para cualquier trabajo,
que sea para el Señor,
que no es solamente,
predicar y hacer visitas,
visitas a los hermanos,
por más importante que sea,
pero hay,
una,
multitud,
de tareas,
que podemos hacer para el Señor,
y para todo esto,
necesitamos,
preguntar antes,
a él,
si él lo quiere,
y él tiene un trabajo,
para cada uno de nosotros,
para hermanas y hermanos,
pero necesitamos,
de dependencia,
de él,
y entonces ese,
muchacho ahí,
está haciendo algo,
una parmatez,
y llenó su falda de calabaza,
sin esto,
la cosecha de este muchacho,
era grande,
llenó,
pero era una parmatez,
una cosa brava,
era una calabaza silvestre,
y la calabaza,
esta calabaza silvestre,
es una planta,
que crece en la región,
de Israel,
que es una planta,
muy parecida,
o es como un melón,
silvestre,
también pariente de pepino,
y la hoja,
de esta planta,
es muy parecida,
a la hoja,
de una viña,
cuando esta planta,
tiene sus primeros frutos,
aún verdes,
son pequeñitas,
como la uva,
y es muy probable,
que este muchacho,
pensó,
la hoja,
es como una viña,
parece a la uva,
eso es bueno,
pero cuando este fruto,
crece,
esta calabaza silvestre,
se hace un fruto,
más o menos,
de un tamaño,
de una manzana,
es amarillo,
y tiene sus efectos,
cuando come este fruto,
tiene un veneno,
que es laxante,
y que causa,
un dolor enorme,
en su barriga,
en su estómago,
es venenoso,
no es comestible,
pero,
dice al final,
también,
pues,
no sabía,
lo que era,
la apariencia,
de la hoja,
era buena,
pero no sabía,
cual fruto que era,
y con la apariencia,
juzgó,
tomó,
cortó,
todo en la olla,
y hacía,
daño a todos,
todos que comieran,
y en la vida espiritual,
cuando queremos dar,
comida,
a los hermanos,
a las hermanas,
a los niños,
que hacemos,
donde estamos,
haciendo nuestra cosecha,
vamos simplemente afuera,
y cogemos entonces,
de todos los lugares,
vamos a una librería cristiana,
cualquiera que sea,
y,
un montón de libros,
con títulos buenos,
a eso me interesa,
eso me interesa,
eso es bueno para los hermanos,
y leemos todo eso,
y repasamos,
hay muchas cosas buenas,
pero también,
hay veneno,
y si yo tomo esta agua,
y pongo,
una gotita de veneno adentro,
es agua pura,
no es,
99%
casi toda agua,
pero una gotita,
hace toda esta agua,
venenosa,
va a hacer mal,
si pongo una gotita,
de una medicación buena adentro,
va a hacer bien,
y el agua pura,
mejor todavía,
una gotita de veneno,
en un libro,
es veneno,
y envenena,
todo el libro,
y envenena a todos los,
a quienes pasamos la información,
no es comida buena,
la comida buena,
que encontramos en este libro,
y también,
en una cierta medida,
en los escritos de nuestros hermanos,
son dones,
que Dios dio en el pasado,
y le presenta a nosotros,
para explicar,
justamente este libro,
y si ustedes ven,
por ejemplo,
la literatura que trajeron los hermanos,
puede abrir todas las hojas,
hay citas bíblicas,
para comprobar,
lo que está diciendo el autor,
una buena literatura,
un buen ministerio,
siempre lleva,
a la palabra de Dios,
no aleja de la palabra de Dios,
y así podemos,
coger nosotros también,
la comida buena,
siempre viendo,
a la palabra de Dios,
y en este caso,
el muchacho hizo un buen trabajo,
porque volvió,
y las cortó en la olla de portaje,
había el agua de adentro,
ya otras cosas,
y el corto finito,
así nadie lo ve,
ni siquiera,
quien llegaba cerca de la olla,
podía averiguar,
y detectar,
que aquel fruto,
era venenoso,
quizás,
uno de los otros,
conoció el fruto,
y te lo había visto,
pero no,
él lo cortó finito,
y es así también,
con las enseñanzas,
peligrosas,
que tenemos,
alrededor nuestro,
están mezclados,
con la verdad,
la verdad,
sirve de,
vasija,
de disfarce,
para lo que es venenoso en medio,
por eso,
tenemos que,
siempre también,
ser como los cristianos,
de la ciudad de Berea,
en el Nuevo Testamento,
en el Libro de Hechos,
y que hacían ellos,
esculineaban las escrituras,
si las cosas dichas,
eran realmente así,
comparaban con las escrituras,
y eso también es algo,
que tenemos que hacer,
nosotros,
comparar lo que es dicho,
lo que es escrito,
con la palabra ellos,
en el versículo 40 entonces,
después sirvió,
para que comieron los hombres,
pero sucedió,
que comiendo ellos,
de aquel pizarro,
gritaron diciendo,
varón de Dios,
hay muerte en esta olla,
y no lo pudieron comer,
cuando comieron eso,
percibieron,
no es bueno,
algo está mal,
con esta olla,
todos comieron,
y me dicen,
podrían morir todos,
o al menos,
pasaba muy mal,
pero una sola persona,
no había comido,
yo no leo qué deseo comió,
él sabía que no estaba bueno,
y así es en el Jesús,
a él,
no podemos,
presentar algo disfrazado de bueno,
él sabe lo que es malo,
él sabe dónde está el veneno,
pero él es también aquel,
que en esta situación,
tiene la solución,
y también estos,
que probaron de esta comida,
están percibiendo,
que hay muerte en esa olla,
y así,
nosotros también,
cuando escuchamos algo,
cuando leemos algo,
tenemos que hacerlo,
como la instrucción,
que tenemos en Primera a los Corintios,
capítulo 14,
un capítulo que nos habla,
de la reunión de edificación,
principalmente,
cuando la iglesia está reunida,
en un solo lugar,
en el versículo 27,
leemos,
si habla alguno en lengua extraña,
sea esto por dos,
o a lo más tres,
y por turno,
y uno interprete,
versículo 29,
asimismo,
los profetas,
hablen dos o tres,
y los demás,
juzguen,
algunos explican,
que los demás,
serían los demás profetas,
en la asamblea,
yo no creo que es bien así,
claro que los demás hermanos,
que conocen bien la palabra,
tienen una responsabilidad,
más grande,
para juzgar lo que es dicho,
pero todos nosotros,
tenemos que escuchar,
y comparar con nuestras Biblias,
con la palabra de ellos,
para,
tenermos un juicio,
una,
evaluación,
buena,
de lo que es dicho,
si es correcto,
o no,
según las escrituras,
pero,
la medida,
para decidir,
si algo es bueno,
o malo,
son las escrituras,
no es nuestra interpretación,
de las escrituras,
eso también es un peligro,
y muchas veces,
tenemos algún concepto,
y lo imponemos,
en los hermanos,
como una regla,
diciendo,
es la palabra de Dios,
que lo dice,
y si es la palabra de Dios,
como vamos a rechazarlo,
pero en realidad,
a veces,
no es bien,
la palabra de Dios,
sino,
nuestra interpretación,
individual,
personal,
de la palabra de Dios,
y muchas veces,
somos mucho más,
restrictos,
que el mismo Dios,
yo siempre digo,
que Dios es equilibrado,
no es ni,
para la derecha,
ni para la cristiana,
hay algunas instrucciones,
muy claras,
en la palabra de Dios,
en el Nuevo Testamento,
principalmente,
y ahí,
no tenemos que discutir,
si es así o no,
no hablamos,
de una de esas instrucciones,
y las hermanas,
no hablan,
en la iglesia,
es negro,
en blanco,
escrito,
que es así,
no necesitamos,
discutir,
si es bueno,
si no es bueno,
pero esta hermana,
tiene un conocimiento,
tan grande,
no,
Dios lo dice así,
es así,
listo,
pero cuando,
no está,
dando una instrucción,
clara así,
por lo general,
el camino en medio,
es el camino equilibrado,
es el camino divino,
también,
cuando se trata,
de algunas cosas,
en la práctica,
sentamos separados,
las hermanas,
los hermanos,
mezclados,
como en algunos,
otros lugares,
y cuando estamos acostumbrados,
que es separado,
y vemos otra cosa,
oh,
esos hermanos,
están haciendo mal,
pero es una instrucción,
tenemos una instrucción,
clara contra eso,
no,
es una buena cosa,
si,
tiene sus ventajas,
tiene,
y los hermanos antiguos,
nuestros padres,
lo hacían así,
corazones,
pero no es,
la palabra,
entonces,
no podemos juzgar,
a otros,
que no lo hacen,
exactamente,
como nosotros,
y hay,
un montón de cosas,
donde se aplica eso,
una cosa,
que siempre digo,
a los jóvenes,
en diadema,
en Brasil,
es cuando,
una cosa,
que pensamos,
que es la palabra de Dios,
no es aplicable,
en todo el mundo,
y todo el globo terrestre,
todas las culturas,
en todos los pueblos,
del norte,
al sur,
del este,
al oeste,
no es,
palabra de Dios,
lo que la palabra de Dios,
nos instruye,
es aplicable,
en todas las regiones del mundo,
cada uno,
desde los hijos de Dios,
independientemente,
donde está,
si es en la ceba densa,
de Perú,
el Brasil,
si es en Japón,
culturas más variadas,
la palabra de Dios,
siempre se puede practicar,
en todos los lugares,
y así,
también aquí,
él sirvió,
para que comieran,
y ellos,
juzgaran,
y percibieron,
que no era bueno,
y seamos también,
como los creyentes de Perea,
que juzgan,
lo que es dicho,
y comparan,
y escudriñan,
las escrituras,
no como un espíritu,
tampoco le critica,
para criticar algo,
sino,
para comparar,
si realmente es así,
como la palabra de Dios lo dice,
en un buen sentido,
ser críticos,
no,
en el mal sentido,
que hace Eliseo,
él entonces dijo,
trae harina,
y la esparció en la olla,
y dijo,
dale comer a la gente,
y no hubo más mal,
en la olla,
Eliseo,
tiene la solución acá,
el Señor Jesús,
tiene la solución,
la harina,
por lo general,
en la Biblia,
es hecha de trigo,
el trigo es un cereal,
un cereal noble,
nutritivo,
y que en la Biblia,
es una figura,
del Señor Jesús,
en su humanidad,
pero también,
glorificado,
principalmente,
glorificado en el cielo,
él es,
el gran trigo,
que cayó en la tierra,
murió,
y produjo,
mucho fruto,
así la harina,
nos habla,
del Señor Jesús,
y más bien,
de la vida pura,
santa,
del Señor Jesús,
así como la harina,
en la ofrenda de alimentos,
y también,
habla de la vida,
del Señor Jesús,
así tenemos que,
aplicar en nuestros problemas,
la persona de Cristo,
otra vez,
él mismo,
la solución,
cuando se trata justamente,
de dar,
comida,
alimento a la gente,
entonces necesitamos también,
contemplar al Señor Jesús,
en su vida,
y en su gloria,
y esto en la olla,
es como un remedio,
que neutraliza,
el efecto maléfico,
de aquel fruto malo,
que estaba adentro,
entonces,
da de comer a la gente,
ahora sí,
sirve,
porque Cristo está,
y no hubo más,
mal,
en la olla,
que el Señor bendiga su palabra,
y después de una hora,
creo que podemos hacer ya una pausa,
¿no hermanos?
ahí podemos continuar,
con los últimos,
tres versículos. …
Incluido en
Cristo lo Soluciona Todo - 2 Reyes 4 / Bernd Bremicker
Serie