Un Hombre de Baalsalisa
ID
bbre034
Idioma
ES
Duração total
00:17:07
Quantidade
1
Passagens bíblicas
2 Reyes 4:42-44
Descrição
2 Reyes 4 - un capítulo con 4 historias muy conocidas. Nuestra posición y la práctica en tiempos de ruina. Cristo lo soluciona todo. Mensajes para nuestra época.
Transcrição automática:
…
Vamos a leer los versículos 42 al 44 del capítulo 4 de Segundo de Reyes.
Dice así,
Vino entonces un hombre de Baal, Salisa,
el cual trajo al varón de Dios panes de primicias,
veinte panes de cebada y trigo nuevo en su espiga.
Y él dijo, Da a la gente para que coma.
Y respondió su sirviente, ¿Cómo pondré esto delante de cien hombres?
Pero él volvió a decir, Da a la gente para que coma,
porque así ha dicho Jehová, Comerán y sobrará.
Entonces lo puso delante de ellos, y comieron, y le sobró,
conforme a la palabra de Jehová.
Muchas gracias por la lectura,
y vamos a ver estos últimos versículos juntos,
para que el Señor pueda dar bendiciones a nosotros,
así como ha hecho y como hemos aprendido juntos de él.
Hemos visto antes de la pausa como es importante
que nosotros nos ocupamos con la palabra de Dios pura,
así como ella es, con la persona de Cristo,
que ponemos Cristo en todas las situaciones,
que no intentamos solucionar los problemas espirituales
con medios carnales, sino con la ayuda que el Señor nos da en su palabra.
Que cogemos los frutos, el alimento,
ahí donde él ha dado el alimento en su palabra.
No como este muchacho que salió sin orden de Eliseo,
y el resultado fue muerte en la olla, y no se pudieron comer.
Pero entonces sí, cuando la harina estaba en medio,
y nos habla entonces del Señor Jesús en su vida perfecta en la tierra,
ahí sí, con él en el medio, el problema está solucionado.
Y el profeta decía, da a la gente para que coma,
o mejor, dale a comer a la gente, versículo 41,
y ya no hubo más mal en la olla.
Y finalmente el problema solucionado, porque Cristo está otra vez en el medio.
Y ahora nos falta esta última historia, este último episodio,
con este hombre de Baal Salisa.
Este lugar, Baal Salisa, este nombre también tiene su significado.
Baal es el nombre de una divindad, de un ídolo en el Antiguo Testamento,
pero es un título que las personas daban a este Dios, de minúsculo, a ese ídolo,
y ese título significa Señor.
Es el título que pertenece solamente al Señor Jesús, y no a Satanás.
Pero Satanás quiso siempre estos títulos para sí.
Él quiso ocupar el lugar de Dios, el lugar del Señor.
Y en este mundo ahora, de hecho, Satanás tiene todavía su poder,
y las personas están sujetas a él como esclavos de Satanás.
Salisa significa la Tierra de los Tres, o entonces Señor de la Tierra de los Tres.
Es como Satanás está ocupando aquel ambiente, la Tierra, aquella zona que pertenece a los Tres,
al Señor Jesús, al Padre y al Espíritu Santo.
Pero hasta mismo, de un lugar donde Satanás tiene su poder en este mundo,
de ahí vienen algunos, aunque sean pocos, como en este caso un hombre,
y traen algo para el Señor Jesús.
Y no es así también en el mundo hoy en día.
La gran mayoría de las personas están todavía bajo la esclavitud de Satanás.
Están en el mundo, pero algunos, pocos, están saliendo de ahí,
llegándose hacia el Señor Jesús y están llevando las cosas a él.
Esa es una aplicación, un aprendizaje que podemos tener de si hombre va a Salisa.
Pero también podemos pensar en el significado simplemente del nombre de este lugar,
como va a Salisa el Señor de los Tres,
y pensar también en el ambiente donde están los Tres, Padre, Hijo y el Espíritu Santo.
Y de aquel lugar también viene aquel alimento que necesitamos, y solamente de ahí.
Este hombre vino y trajo consigo al Barón de Dios panes de primicias.
Según la ley, los panes o las primicias tenían que ser llevados al sacerdote.
Y es interesante ver aquí que está trayendo estos panes al Barón de Dios a Eniseo.
Parece que el sacerdocio tampoco estaba más bien en Israel, no estaba funcionando bien.
Había sacerdotes, pero no estaban se ocupando mucho con Dios y con lo que era correcto.
En lugar de estos sacerdotes de Dios, el pueblo daba mucho más atención a los sacerdotes de Baal, por ejemplo.
Esos sacerdotes de Satanás.
Pero este hombre tenía en su corazón obedecer a Dios.
Él sabía que en la ley estaba que las primicias tendrían que ser llevadas al sacerdote.
Como no había, él las llevó al Barón de Dios a Eniseo.
Y si vemos otra vez en Eniseo una figura del Señor Jesús,
entonces sí, es él la persona a quien debemos llevar nuestras primicias.
¿Qué son las primicias?
Otra expresión quizás no bien conocida por todos.
Son los primeros frutos.
Cuando uno planta algo, por ejemplo un maíz,
y el primer maíz que sale son las primicias de este campo.
Los primeros frutos, lo que es fresco, lo que es nuevo, lo que tiene todo su vigor.
Lo primero, lo mejor, era para Dios.
Y eso también tiene que ser así con nosotros.
Si cogemos algo en la palabra de Dios,
los primeros frutos que produce nuestro corazón deben ser para Dios.
Así como con la mujer de Sumer,
que se echó a sus pies en el 37 y se inclinó a tierra,
y después tomó a su hijo y salió primero en las primicias.
Sus primeros frutos.
También tenemos un versículo en la Primera Epístola a los Corintios,
en el capítulo 15, que es el versículo 20.
Esa figura de las primicias es aplicado al mismo Señor Jesús también.
Versículo 20 de Primera a los Corintios, capítulo 15.
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos,
primicias de los que durmieron es hecho.
Así la figura de las primicias que tenemos ya en el Antiguo Testamento,
es también una figura directamente de Cristo.
Es las primicias, Él es las primicias.
El Cristo resucitado.
¿Por qué las primicias?
Porque Él es el primero de la primera resurrección que resucitó.
Nosotros lo seguimos.
Un Lázaro que fue resucitado por Él, por ejemplo,
murió otra vez en algún momento,
y así Cristo fue el primero que resucitó.
Las primicias.
El Cristo resucitado y donde está?
En el Cielo.
Así glorificado a la diestra de Dios.
Entonces las primicias también nos hablan de la persona del Señor Jesús
en su resurrección y glorificación en el Cielo a la diestra de Padre.
En estas primicias hay dos cosas,
20 panes de cebada y trigo nuevo en su espiga.
La cebada era el primer cereal, el primer grano que madurecía en Israel.
Cuando plantaba alguna cosa, la cebada era la cosecha,
la cebada era la primera cosecha en el año,
después solamente el trigo que necesitaba de más tiempo.
La cebada también muchas veces es considerada un cereal inferior al trigo,
como con menos calidad, pero es el primer grano.
Es la primera cosa que en nuestros corazones.
Habla también de la persona del Señor Jesús, Él el primero,
pero también hay estas espigas verdes o trigo nuevo en su espiga.
Trigo nuevo en su espiga,
entonces imaginamos el trigo, la planta de trigo,
es un poquito parecido con la planta de arroz y a la espiga con los granos
y todavía está en la espiga, no está cosechada, procesada totalmente,
sacando los granos, molido para hacer el pan.
Eso sí, ya fue hecho con la cebada y había 20 panes de cebada.
Este trigo nuevo en su espiga nos habla también de la persona del Señor Jesús.
Ya hemos mencionado y podemos leer el pasaje del Evangelio de Juan, capítulo 12, 24.
Ya podemos leer el 23 porque nos muestra algo más.
Jesús les respondió diciendo a llegar la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
De cierto, de cierto digo, y si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo,
pero si muere lleva mucho fruto.
El Señor Jesús mismo está comparado al grano de trigo que cae en la tierra,
muere y crece la planta de trigo.
Habla de la misma persona del Señor Jesús.
Como es un trigo nuevo todavía en su espiga,
nos habla también del Señor Jesús como alhubo en esta tierra.
Y más bien después se hace de trigo nuevo la harina y la harina fina
que nos muestra todas las bellezas de su persona en su vida en esta tierra.
Pero a veces cuando no tenemos todo el discernimiento,
o un discernimiento más profundo porque lo todo no tenemos nunca en la tierra,
un discernimiento más profundo de la persona del Señor Jesús.
Pero sabemos algo de como la resurrección, los panes deseada
y alguna cosa de su vida perfecta en la tierra como el trigo nuevo en su espiga.
Aún necesita de un proceso a más,
pero son estas cosas que ese hombre de Baal Salisa está llevando a Eliseo
y Eliseo acepta eso, por más simple que sea, que realmente no era mucha cosa.
Sabemos del versículo 43 que había al menos 100 hombres ahí,
20 panes entre 100 hombres.
Es como una pequeña parte, un pancito para cada uno.
No van a saciar 100 hombres y ni siquiera el trigo nuevo en la espiga.
No era mucha cosa.
Pero el poco que tenemos el Señor Jesús acepta
y en su mano se multiplica y es mucho y es suficiente para todos.
Y eso ahora quiero decir principalmente a los hermanos más jóvenes
y veo algunos rostros más jóvenes entre nosotros.
A veces esperamos siempre y siempre que los hermanos mayores
toman la palabra a los domingos en el ministerio que hacen todo
y escuchamos, es bueno, muy bueno,
pero lo poco que el Señor te ha dado,
él puede utilizar para alimentar a todos.
Y quizás en su pensamiento al respecto de la persona del Señor Jesús
o de alguna otra cosa de su palabra,
un pensamiento que el hermano mayor no tenía todavía
y él también necesita.
Voy a dar un ejemplo.
Cada uno de nosotros, dos, tiene ahora en la mano la lapicera
o alguna cosa así, no sé cómo se llama en castellano eso.
Bueno, cambiamos.
¿Cuántos tenemos cada uno?
Uno, el Señor Jesús es maravilloso.
Me dice otro pensamiento al respecto de la persona del Señor Jesús.
El Señor Jesús es todopoderoso.
Muy bien, maravilloso y todopoderoso.
¿Cuántos pensamientos tengo yo ahora?
Dos.
Dos.
Y en dos, cambiando algo material, no se multiplica.
Pero la palabra ellos, sí.
Los pensamientos sobre la persona del Señor Jesús,
sobre su palabra, cambiados entre nosotros, se multiplican.
Cada uno tiene dos después y cuatro y seis.
Entonces, es importante hermano, más joven también,
que a veces tomas la palabra bajo la guía del Espíritu Santo
y su dirección para que todos sean alimentados con su palabra.
Y el deseo no está preocupado con estos 20 panes de cebarra,
con el trigo nuevo en su espiga, con la cantidad, con la poca cantidad.
Está diciendo y él dijo, versículo 42,
Dios da a la gente para que coman.
Simplemente da la instrucción.
Cuando el Señor Jesús da una instrucción, nuestra obligación es obedecerle.
Pero imaginamos la situación, es natural que esas personas están empezando a pensar
y uno respondió, que es el sirviente, que respondió,
¿Cómo pondré esto delante de 100 hombres?
El deseo, ¿tú no ves que es poco?
¿Cómo voy a nacer con 20 panes para 100?
Tengo 20 pancitos solo para 20 personas y los otros 80.
Es como nosotros, como hombres, pensamos.
Cuando el Señor Jesús estaba con los 5 panes y los peces,
también era así, ¿no?
Uno de los discípulos, ¿cómo?
No es suficiente, pero nuestra insuficiencia es la suficiencia del Señor Jesús.
Él lo multiplica.
Y el deseo, en este caso, no explica la situación.
Como el Señor Jesús tampoco en el Evangelio explicaba mucho la situación,
simplemente el deseo está diciendo otra vez, da a la gente para que coman.
Y usted, hermano más joven, da a la gente para que coman.
Es una orden del Señor también para nosotros.
Y ahora sí, da una pequeña explicación, porque así ha dicho Jehová,
comerán y sobrará.
Todavía no explica cómo, cuál proceso.
Simplemente ponga ahí y coman.
Y es suficiente.
El Señor, Dios, Jehová, ha prometido que sobrará.
Y entonces lo puso delante de ellos y comieron y les sobró,
conforme a la palabra del Señor.
Así el Señor Jesús, cuando obedecemos a sus instrucciones, a su palabra,
a sus órdenes, siempre hay más que suficiente.
No solamente es suficiente, sobró.
Y esto también es comestible todavía, por algunos días.
Así recibimos en una reunión, por ejemplo, un alimento,
pero hay sobra también.
Y esta sobra llevamos para la casa, para meditar en casa durante los próximos días.
Y eso también es alimento.
Y así, queridos hermanos y hermanas,
hemos visto muchas cosas en este capítulo 4 de Segunda Reyes.
Pero lo que siempre hemos visto es el Señor Jesús en el centro.
Él, la persona que soluciona los problemas.
Él es el Dios que está dando el libramiento para que ayuden.
Él es el Dios que da la vida del nada para la mujer de su niño.
Ella conoció al Hijo que da vida.
Él también conoció el Dios de la resurrección, que soluciona un problema.
También tenemos visto el Dios que sacia la hambre en esta última parte.
Y anteriormente, el Dios que sana los problemas.
Así el Señor Jesús es suficiente para todas las situaciones.
¿Y qué hace?
Hagamos entonces así como la mujer de Sunim, que decía en el versículo 30,
Vive Jehová y vive tu alma y no te dejaré.
Quedamos nosotros también con la persona del Señor Jesús.
Quedamos junto de Él y en pos de Él, siguiendo a Él durante la vida individualmente
y también en el colectivo, todos juntos en pos de Él.
Con Él en el centro, escuchando sus órdenes, sus instrucciones
y también contemplando a su persona.
¿Para qué?
Para que salga el honor, alabanza, adoración de nuestros corazones,
a Él que es digno de todo eso y mucho más. …
Incluído em
Cristo lo Soluciona Todo - 2 Reyes 4 / Bernd Bremicker
Série