Lucas 15
ID
sn001
Idioma
ES
Duración
00:44:57
Cantidad
1
Pasajes de la biblia
Lucas 15
Descripción
sin información
Transcripción automática:
…
Se acercaban a Jesús, todos los cobradores de impuestos y pecadores, para oírle.
Y los fariseos y los esquivas murmuraban, diciendo,
Este recibe a los pecadores y come con ellos.
Entonces Él les recibió esa parábola, diciendo,
Qué hombre de vosotros, pendiendo que la dejas, si pierde una de ellas.
¿No dejabas noventa y nueve en el desierto y ve atrás la que se perdió, hasta encontrarla?
Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozosa.
Y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles,
Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente,
y por noventa y nueve impuestos que no necesitan de arrepentimiento.
¿O qué mujer que tiene diez dramas, si pierde una drama,
no empieza la lámpara y agarra la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?
Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo,
Gozaos conmigo, porque he encontrado la drama que había perdido.
Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
También dijo, un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos dijo a su padre,
Dale, dale la parte de los bienes que me corresponden.
Y le repartió sus propias.
No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor,
se fue a lejos a una provincia apartada, y allí malgastó sus bienes pidiendo perdida al hombre.
Y cuando todo lo había gastado, vino una calambre en aquella provincia,
y comenzó a gastar nuestra ciudad.
Y fue y se llevó a uno de los ciudadanos de aquella tierra,
el cual le envió a sus campos para que apacentase cerdos.
Y deseaba llenar su vientre de las babarrogas que comían los cerdos, pero más de lo grande.
Y gozando el fin, dijo,
¿Cuántos jornaleros en casa mi madre tiene en abundancia de pan?
Y yo aquí, perezco de hambre.
Me levantaré e iré a mi madre, y le diré,
Pablo, he pecado contra el cielo ya hace tiempo.
Ya no soy rico de ser llamado incotudo.
Hazme como a uno de tus jornaleros.
Y levantándose, lanzó a su padre.
Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre.
Y fue movido a compasión.
Y comió.
Y se echó sobre su cuello.
Y besó excesivamente.
Y el hijo le dijo,
Padre, he pecado contra el cielo ya hace tiempo.
Y ya no soy digno de ser llamado rico.
Pero el padre dijo a sus ciervos,
Sacad de prisa el mejor vestido,
Investible.
Y poned un anillo en su mano y calzado en sus pies.
Y traed el de cerdo engordado y matadlo.
Y tomamos y hagamos fiesta.
Porque es que mi hijo estaba muerto.
Y ha reducido.
Se había perdido.
Y ha sido hallado.
Y comenzaron a desfijarse.
Y su hijo mayor estaba en el campo.
Y cuando vino,
Y llegó a cerca de la casa,
Oíó la música en las lampas.
Y llamando a uno de los criados,
Le preguntó qué era aquello.
Él le dijo,
Tu hermano ha perdido.
Y tu padre ha hecho matar el de cerdo engordado.
Por haberlo recobrado sano y salvo.
Entonces se mojó.
Y no quería entrar.
Salió por tanto su padre,
Y lo rogaba que entrasen.
Pero él respondiendo,
Dijo al padre,
He aquí que por tantos años te vengo sirviendo,
No apunto te desabastecido jamás,
Y nunca me has dado ni un capito para pasarlo bien con mis amigos.
Pero cuando vino este tu hijo,
Y te ha consumido tus bienes con rameras,
Has hecho matar para él el de cerdo engordado.
El entonces se dijo,
Hijo,
Tú siempre estás conmigo,
Y todas mis cosas son tuyas.
Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos,
Porque este tu hermano estaba muerto,
Y ha revivido.
Si había perdido,
Ya ha sido allá.
Creo que algunos hermanos se acuerdan
Que hemos dicho en la conferencia en Barcelona,
En este diciembre,
Que una iglesia,
Una asamblea que no está evangelizando,
Está muriendo.
Y estoy convencido,
Hoy más que en este momento,
Que es una verdad.
Pero podemos también decir,
Un cristiano,
Que no está evangelizando,
Está muriendo prácticamente también.
Porque anunciar el evangelio a los demás,
Va a ayudarnos a encontrar
Nuestra verdadera posición en este mundo.
Si los vecinos saben lo que ellos saben,
Si los compañeros de trabajo saben lo que ellos saben,
Hay una línea de demarcación,
Que me ayuda mucho,
De vivir una vida cristiana.
Nos ayuda,
De quedar concentrada al Señor,
En las cosas claras,
En las cosas del mundo.
Hemos cantado un himno del evangelio.
Y no sé si hay alguien aquí que no ha querido al Señor,
Pero el evangelio siempre es algo que da nos gozo.
He escrito en este pasaje, en el capítulo 15,
Algo muy bonito, quizás que es
El capítulo más revelador
De lo que Dios es,
Que todos los demás capítulos en la vida.
Aquí es el cristianismo que habla.
¿Delante de quién?
Si queremos estudiar,
Si queremos analizar la vida,
Siempre nos deponemos de dudas.
¿Delante de quién está hablando?
Son dos grupos, ¿no?
Los unos vinieron para aír y los otros vinieron para...
¿Alumbrar?
Los otros no querían escuchar los fariseos
Y los escribas no borraban.
Diciendo, este a los pecadores recibe y con ellos come.
Eso da la entrada,
Da carácter y propósito a lo que dice el Señor Jesús.
Recibe a los pecadores y aún está comiendo con ellos.
Y ahora bien, queremos aprender algo,
Cómo presentar al Evangelio a los hombres
Que aún no quieren, ¿qué?
Escuchar.
Porque los fariseos y los escribas no quieren escuchar,
Eran nuestros enemigos del Evangelio
Y el Señor nos enseña aquí cómo podemos presentar el Evangelio.
¿Qué dice?
Entonces, Él le referió esta parábola diciendo,
¿Cuántas parábolas tenemos aquí en el capítulo 3?
¿Hay 15?
¿Cuántas?
¿3?
Entonces, ¿enseñamos las 3 parábolas?
Todo es una parábola.
Primeramente el Señor dice,
Entonces, Él les refirió esta singular parábola.
Y mostré muy cuidadosamente para saber lo que Dios quiere decir.
Y además, ¿qué has leído David?
¿Qué Dios le ha dicho en el versículo 8?
¿O qué mujer?
No se dice, y hay otra palabra.
Y otra vez en el versículo 11,
También dijo, no se dice, hay una tercera palabra.
Los 3 son una palabra solamente.
Es una triología que tiene 3 aspectos,
solamente es una sola palabra.
La primera y la segunda entran en qué?
Entran en la última.
Se resumen en la última.
Ya tenemos una enseñanza para evangelizar.
No tenemos tiempo de empezar con la conclusión.
Muchas veces entramos por una puerta un poco brutalmente.
Digamos, hay que decir la verdad directamente.
El es pecador, hay que convertirlo.
¿Qué hace el Señor Jesús?
¿Qué son las primeras palabras?
Dice,
¿Qué hombre teniendo 100 ovejas?
¿He bien leído?
¿Qué dice?
¿Qué hombre teniendo 100 ovejas?
¿Es correcto?
Dentro de las ovejas.
Es decir, el primer punto es buscar un contacto, digamos, social.
¿Cómo entrar en contacto con la persona?
Que Él ya misma dice, bueno, soy yo, soy yo.
Es mi situación, sí.
Dame a beber.
Dame a beber.
Y justamente a beber.
Porque esta mujer venía también para buscar, ¿qué?
Algo, ¿no?
Y el Señor también tenía, ¿qué?
Y ella también tenía sexo, quizás mucho sexo.
Y, hermanos y hermanas, hay tantas ocasiones para entrar en un contacto muy fácilmente.
Solamente tenemos que pedir al Señor abrirnos los ojos y los oídos.
¿Alguien puede decir algo?
Sí, sí es así.
Andando más lejos podemos llegar al Evangelio.
He dicho en Dana aún una rueda mal gastada, pinchada, puede dar una ocasión para que facilite.
¿Por qué no?
Podemos decir, gracias a Dios no has tenido un accidente que puede llevar a la muerte.
¿No?
Dame solamente algunos ejemplos.
Hay tantas ocasiones para entrar en contacto.
Y aquí el Señor directamente dice, ¿qué hombre entra en vosotros?
Que tiene cien ovejas a pedido uno.
Como una cosa muy natural dice, es claro y es aceptado de todos de vosotros
que Él se va para buscarla hasta encontrarla.
Y todos han dicho, por supuesto, no hay más.
Hasta aquí todos estaban de acuerdo.
Después, una vez encontrado, hay que apartarlo y hay que llamar a los demás para gozar con el dueño de la oveja.
Esto también.
¿Qué decía?
Asunto de gozo.
No se dieron cuenta que ellos no quieren gozarse con el Señor que había encontrado ya muchas ovejas.
No, no les sentían.
No les sentían.
En este punto no.
Debimos darnos cuenta que no hemos de adelantar demasiado rápido.
Mejor que la gente se busque a sí misma, a sí misma.
Y no es posible que pensamos que hemos de decir esto, esto, esto.
No, hemos de pedir al Señor, dame la sabiduría para presentarlo como se debe.
Quizás hemos de ver también aquí que siempre hay una relación.
Aquí son 100 con 99 contra 1.
Después son 9 contra 1.
Y después 1 contra 1.
No había más posibilidad de escapar.
Las parejas tenían que decirnos.
¿Este grupo o este grupo?
¿Quién sabe? ¿Quién sabe?
¿Hay más jóvenes o hijos mayores?
¿Quién sabe? ¿En qué grupo sabe?
Y además hemos de comprender por este texto que hay expresiones que no quieren decir necesariamente lo que leemos.
Y quizás hemos también de darnos cuenta que hay un tiempo
donde nosotros mismos hemos de ponernos en la posición de aceptar la manera de pensar de los empleados.
Los parederos pensaban que ellos no necesitan que el arrepentimiento se sintiera justo.
Y el Señor no dice otras cosas.
Dice, bueno, estos 99 no parecen ser perdidos.
Parece no necesitar arrepentimiento.
Pero no es el juicio final de esta situación.
Pero Él está aceptando lo que ellos pensaban.
Si ya había dicho todo, ellos no hubiesen cumplido qué.
Bueno, si alguien ha sido perdido y ha encontrado otra vez,
hay de recofresar lo que es el mensaje principal de este capítulo.
Es el mensaje principal.
Qué bueno de saber que la búsqueda de lo que está perdido tiene éxito.
Muchas veces pensamos, evangelizando, es duro, parece imposible.
Si es una alma que Dios quiere salvar, tendremos éxito.
Quizás no en el momento mismo, quizás muy tarde, quizás nosotros no lo sabemos jamás,
pero aquí queremos saber que Dios tendrá éxito con esta alma que Él ha empezado a buscar.
Bueno, en esta oveja de alguna manera encontramos un aspecto humano que nosotros conocemos.
Una oveja puede perderse, pero no encontrar el camino para volver.
Eso es la naturaleza de una oveja.
Perderse, sí.
Perderse más, sí.
Volver, no.
Y todos nosotros hemos sido así.
El hombre no tenía ninguna sabiduría, ninguna posibilidad de volver.
Dios tenía que enviar a su Hijo, el buen Pastor, para buscar.
¿Dónde estaba la oveja?
Es ineducado desde la muerte, completamente callido.
Él entraba en esta situación como nosotros sabemos.
En el segundo parábola hablamos de otras cosas.
Otras personas buscan, otra cosa perdida.
Se dice aquí, son dramas, y es, y se piensa que era algo que una mujer podía poner alrededor de la cabeza,
una cosa preciosa, como dentro de los judíos, en el día del Buda, se puede presentar esto como para una mujer.
Y es una cadena de diez dramas.
Si una se pierde, sabemos, la cosa va a ser rompió.
Ha perdido su valor.
Hay que buscar la drama perdida para completarla otra vez.
Si no, esta cadena no puede tener su valor precioso.
Pero hay más.
¿Qué es una drama?
No se limpia.
No se limpia.
No se limpia.
No se limpia, no.
No puede soler.
¿Qué tiene?
¿Qué tiene?
Valor.
¿Valor?
¿Qué más?
Peso.
Una vez que ha caído, está en el suelo.
Está en un rincón, en la suciedad, en las tinieblas, y la mujer enciende la luz.
Está buscando a esta pieza de la mirada.
Tenemos aquí la operación del Espíritu Santo, que da luz para enseñar a las almas lo que son, lo que es su estado, su situación, su condición.
Y además, Dios nos declara muy claramente, si parece que esta alma es muerta en sus pecados y no puede morir de ninguna manera, todavía tiene qué?
Tiene valor y tiene más.
Un lado el valor, otro lado quién.
Muchas veces había al otro lado la cara del rey, porque él apertenece a esta pieza de la mirada.
Es decir, Dios dice, tú me aperteneces y tú tienes valor.
Cada hombre tiene valor para Dios.
Y es su criatura, que se ha vendido para nada al diablo.
Por eso fuimos todos qué?
Esclavos de Satanás.
Pero Dios no deja la obra de sus manos.
Cuando esta alma empieza a decir, voy a rescatarlo, voy a rescatarlo.
Y eso debe ser también un estímulo para nosotros.
Muchas veces estamos mirando a las personas tal como somos durante la vida.
Alguien que ha vivido 40 años, qué hace con esa alma?
Ya está destruido.
Otro pecador al que vimos él, drogalista, jamás puede salir.
O otra mala persona, jamás puede cambiar.
Según los hombres, jamás puede cambiar.
Nosotros vimos qué?
Solamente la suciedad encima de la gravedad.
Dios está mirando qué?
Su propia cara que se le resumida.
Y tiene valor, es tan precioso.
Debe limpiarlo, encontrarlo y limpiarlo.
Y además, pensamos de la misma manera.
Aquí hay una invitación de la parte del peyote,
de pensar acerca de los almas perdidas como él piensa.
Si queremos comprender este pasaje, no hemos de analizarlo simplemente.
Dios quiere decirnos por la boca de su Hijo,
como él está pensando acerca de las almas perdidas.
Dios abre su corazón y dice nosotros, por favor, paridios.
En este viaje, penséis como yo estoy pensando acerca de estas almas
que están aquí, al lado del Señor.
Había quién?
Los pecadores, los portugueses, y aquí las fariseas y las esquivas.
El Señor dice, por favor, hay de pensar como yo acerca de estas personas
que han aceptado la salvación.
Y estamos en este mundo con muchas personas.
Compañeros de trabajo, compañeros en las escuelas.
No ellos se pensarán según los hombres,
pero con el amor de Dios que nos enseñó.
Decía, reconciliados con Dios.
Siempre gozando.
Y el tercer, la tercera parábola da la conclusión.
También dijo, también.
Aquí no se dan detalles, solamente se dice, un hombre tenía dos hijos.
Dios está hablando ahora acerca de sí mismo.
El hijo de Dios está hablando acerca del Padre.
Dos hijos.
Uno ya vivía sin más contacto, sin más comunión con él.
Y el otro se quedaba de una manera externa en su proximidad.
En comunión con él.
¿Vera, veramente?
Dice en el versículo 29, que jamás estaba desoficiente
y lo que el Padre le dio como recompensa no la había satisfecho.
Ya estar con el Padre no valía nada.
Ya tenía todo lo que el Padre había, no valía nada.
Tenía otros pensamientos en su corazón, es decir,
quería un cabrito para gozarme con mis amigos.
Y entonces el problema principal de todo este capítulo,
de toda la enseñanza que el Señor quería dar a los fariseos,
estaba buscando solamente un contacto exterior con Dios.
No comunión con Dios, ni gozarse.
¿Vera, veramente, lo que tenías, lo que puedes tener con Jehová?
Eran hijos, pero no prácticamente, no prácticamente.
Y claro, es la posición de ellos que pretenden ser delientes y no lo son.
Pero cuidado, nosotros también podemos estar en la misma posición.
Es posible que tenemos una relación formalista con Dios,
hasta estar en la mesa del Señor,
pero no nos satisfecha verdaderamente de gozarnos con Dios,
pero estamos buscando gozar con los demás, fuera de esta comunión con Dios.
Si es así, es muy peligroso, muy peligroso.
Volviendo a la parábola misma, podemos ver en todo lo que se dice,
el camino de la humildad de todos los hombres que están alejados de Dios por el pecado,
la rebelión contra Dios.
Es el amor de Dios que sigue buscando estas almas.
En el Ciclo XVII vemos que la obra de Dios ha tenido éxito.
Y aquí también tenemos una enseñanza práctica para evangelizar,
no podemos forzar,
tenemos que tener paciencia y sabiduría divina para saber cuándo es el momento
para revelar, ver de la misma, esta alma, toda su situación de pecado.
Y aún si lo decimos, nosotros lo decimos,
no quiere decir que ya hay esta convicción de pecado.
Es el Espíritu Santo que da la convicción de pecado.
Y en este momento produce también otras cosas.
No es adentro de este capítulo, pero sabemos por la biografía de Juan
que hay un nuevo nacimiento.
Y podemos decir en un sentido que las dos cosas siempre andan juntos.
Si hay un nuevo nacimiento, hay también arrepentimiento.
Si había arrepentimiento, había también nuevo nacimiento.
Porque desde el nuevo nacimiento hay otros deseos en el corazón.
La naturaleza divina piensa diferentemente acerca del pecado que la carne.
La carne se goza en los pecados.
Desde el momento que hay el nuevo nacimiento hay otros pensamientos.
Y lo vemos aquí.
De repente él dice, oye, ¿qué he hecho?
Se siente culpable.
Pero, ¿qué era la cosa que le condujo a este sentimiento de culpabilidad?
¿Qué es lo que condujo al arrepentimiento?
Hermanos dos.
¿Es la proclamación del juicio o qué?
Hermanos dos nos dice que es la bondad y la paciencia, creo, de Dios.
Capítulo 2, versículo 4.
O menospreciáis las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad,
ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento.
También una enseñanza para nosotros.
Defamiliarizando, no hemos de perder esta actitud de amor, de benignidad y de paciencia.
Los amos quieren sentir que verdaderamente es el amor de Dios
que nos empuja para decir que es reconciliado con Dios.
No la proclamación formalista del juicio.
Eso va a producir que lo mismo como se pasaba en el jardín de Irén
cuando Dios estaba llamando a Adam, Adam, ¿dónde estás?
Sabiendo que el juicio ya estaba cerca.
Tenemos que tener este amor de Dios para invitar.
El Evangelio es una invitación de amor como aquí también.
El Señor no está rechazando ninguna cosa.
Todos pueden sentirse amados y invitados.
La benignidad, abundancia del Padre.
Y tenía esta convicción, si voy a volver, el Padre no va a rechazar, va a darme paz.
Si no, no podía pensar, bueno, quizás es bueno levantarme y presentarme ante el Padre.
Sentía profundamente su culpabilidad de que él no era más digno de ser llamado hijo,
pero no obstante tenía esta convicción que Dios, este Padre, es bueno para darme paz.
Y esto es nuestra responsabilidad ahora de comunicar este mensaje, que Dios es bueno,
Dios es gozoso de perdonar.
El día de los pecadores es un asunto del corazón de Dios.
Muchas veces estamos preguntando a Dios, solamente por un Dios justo,
como el juez, que hay que condenar a Dios.
No es la esencia de Dios de ser un juez así.
La esencia es amor, que quiere recibir.
Pero alguien que va rechazando al amor, quiere solamente que esté lejos de Dios.
No quiere decir que hemos solamente hablado del amor, ¿no?
Hay un día que dice Dios del amor, hay venido, no.
Cada uno es bienvenido, no, no es esto.
Hemos de tocar la palabra de Dios.
La palabra de Dios es la palabra de Dios.
La palabra de Dios es la palabra de Dios.
Y yo aquí perezco de hambre, en el reciclo 17.
Quiere decir que hemos de ayudar y obrar que las almas lleguen a esta consciencia.
Y yo aquí perezco de hambre, en el reciclo 17.
Y yo aquí perezco de hambre, en el reciclo 17.
Y yo aquí perezco de hambre, en el reciclo 17.
Quiere decir que hemos de ayudar y obrar que las almas lleguen a esta confesión.
Que si no confiesen, suplicados, si no creen, es la vida perdida para siempre.
Es la confesión.
Es una pregunta de vida y de muerte.
Es muy, muy importante.
Una palabra más acerca del Evangelio.
El Señor no se para diciendo, bueno, ha vuelto, ha confesado, ha sido perdonado.
Ya está.
Si anunciamos solamente este tipo de Evangelio, no basta.
Muchas veces va a producir almas muy, muy infelices.
Porque después de haber sentido y creído que los picados han sido perdonados,
van a consertar, muy pocas semanas más tarde,
que todavía hay algo dentro de ellos mismos.
Que todavía hay algo dentro de ellos mismos.
Que hay madre y picado que todavía en ellos está activa.
No saben qué hacer.
No saben qué hacer.
No es mi Evangelio como dice Pablo en Romanos.
El Evangelio de Pablo era el Evangelio que daba también, no solamente la convicción del perdón,
pero también la convicción que el picado no tiene más poder sobre nosotros.
Que ya tenemos una posición en Cristo.
En esta posición tenemos paz y gozo para con Dios, Pablo.
Hasta decir, Abba, Pablo.
Y solamente si alguien ha llegado a este punto de experiencia,
ya puede decir con corazón verdadero, Abba, Pablo.
Yo sé que soy tu hijo amado.
Y yo te amo también.
Y este gozo del amor de Dios, solamente en este momento alguien está verdaderamente seguro en su salvación.
Y feliz en su salvación.
Vemos que en este parábolo el Señor explica esto.
Ha sido recibido, ha sido vestido, ha sido honrado como un hijo aún.
El hijo mayor, puesto en esta posición del hijo mayor,
y además tiene ahora comunión en la misma iglesia.
Es una figura del sacrificio de paz que encontramos aquí,
que da lugar para adorar al Padre por medio de su hijo.
Y solamente en este momento alguien puede ser feliz de su salvación.
Y luego tuvimos la idea de analizar este capítulo, versículo 4, versículo 5,
pero solamente de preguntarnos cómo podríamos evangelizar a Dios mejor.
¿Qué diremos a los cristianos de profecia?
Muchas veces no saben nada de este lugar donde tenemos comunión con Dios,
y donde podemos gozar de su amor.
Muchos están confundidos de todas estas denominaciones.
Varios paqueños, algunos dicen, hay esto, hay esto,
ha de venir que nuestra iglesia.
Necesitan una iglesia, ¿no?
Pero no Cristo, y no revelan el Padre y su amor,
y quieren tener a sus hijos contigo para gozar de su amor.
¿Pero qué diremos cuando alguien te pregunta de qué iglesia vienes?
Estoy seguro hay muchos jóvenes aquí, y quieren dar un tratado,
y de repente hay la pregunta, ¿de qué iglesia vienes?
¿Qué podemos decir?
¿De qué iglesia venimos?
¿A asombrar a los hermanos?
¿Venimos alrededor del Señor Jesús, Mateo 18, 20?
Ellos quizás dirán, nosotros también, nosotros también.
¿Por qué hablar de la iglesia, disculpenme, católica?
No de esta iglesia católica.
Iglesia católica quiere decir iglesia universal.
Y muchas veces es muy fácil de explicarlo si se pregunta la pregunta,
¿cuántas iglesias habrá en el cielo?
Más o menos todas en África siempre dan la misma respuesta,
99%, sin pensar, dicen, una sola.
Segunda pregunta, ¿por qué una sola?
Un solo cuerpo, una cabeza solamente.
También unas esposas solamente.
¿Y por qué tenemos tantos iglesias en la tierra?
Hermanos y hermanas, también muchas veces estos cristianos dicen,
es por causa de la corrupción de los hombres.
Saben que hoy en día es la corrupción y el deseo de obtener dinero.
Que piensan que la piedad es una fuente, como dice de gananza, ¿no?
Se sienta, la gente seria lo sabe, y son muchas veces tan cansadas
de esta actitud que se encuentra, pero no saben mejor,
no saben donde ir.
Y aquí podemos anunciar también este lugar donde podemos encontrar
alrededor del Señor, esta unidad, este lugar donde podemos expresar
la unidad de la Iglesia general universal.
Es un gozo.
Muchas veces le he dicho, bueno, si alguien me pregunta,
¿qué iglesia?
Bueno, ¿has creído en el Señor Jesús?
Sí, es mi salvador.
Bueno, dice, ¿apartenecemos a la misma iglesia?
No, no, ¿quiere saber el nombre?
No, dice, ¿apartenecemos a la misma iglesia?
Bueno, explicando un poco, ah, sí, sí.
Pero aquí, caminos distintos, y se sienten en un sentido culpables
y en otro sentido, dicen, ¿por qué no podemos estar culpables?
Y otra vez se buscan diciendo, es por causa de los hombres
que quieren tener su honor y su poder.
Tenemos un mensaje maravilloso, el mejor mensaje que podemos dar
a los hombres, la tenemos.
Y no tenemos que tener vergüenza para decirlo, no.
Cada alma que es un poco seria va a aceptar, eso es la verdad.
La verdad.
En el tiempo pasado, quizás alguien quiere decir a Dios algunas palabras.
Bien, encontramos aquí un cambio tremendo y definitivo.
Ha sido muerto, ha ido.
Hermanos y hermanas, hemos de creer, hemos de ser convencidos
que por medio de Dios, podemos ayudar a las almas
y con la muerte, hasta ir a la madrugada.
¿Quién quiere eso?
Por fin, lo hacemos.
Y le pedió al Señor, día tras día, enseñar las pesanas y las oraciones
para dar un tratado.
Pero, por eso, necesitamos un lugar para tenerlas.
Muchas veces, no tenemos los tratados aquí, no.
Estoy confesando esto también, porque realmente no hay nada aquí.
Pero en África, normalmente, jamás prestaría del hotel o del local
sin poner tratados aquí.
Y muchas veces, no basta. Muchas veces, no basta.
Bueno, yo sé, España no es Nigeria, no es Ghana.
Ahora, solamente para deciros, en el mundo todavía,
el Evangelio está corriendo.
Y como somos un pueblo unido, aquí es muy difícil.
Bueno, hemos de pensar que hay otros países donde el Evangelio está recibido con glosos.
Pero, hay una cosa que es muy similar.
Las almas necesitan de lo mismo.
Están buscando la misma salvación.
Solamente es más difícil para entrar en contacto.
Y por eso, yo quería presentarnos con la ayuda del Señor.
En este capítulo, no hemos entrado en todos estos puntos.
Hay, lo menos, 10 u 15 puntos, principios, que podemos aprender para evangelizar.
Si entramos en los detalles correctos, cómo podemos aprender a evangelizar
con estas tres palabras, que son una misma palabra.
El punto final es que Dios dice, quiere recibirlos.
Quiere tenerlos conmigo, en mi corazón, en mi corazón. …